19 Oct 2022

El papel del aire acondicionado en hospitales y clínicas

Los hospitales, las clínicas y otras instalaciones sanitarias desempeñan un papel fundamental en la sociedad, ya que proporcionan tratamiento y atención a las personas. Lo que es igualmente vital es el papel de la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC) en estos edificios. Ya hemos hablado anteriormente de la importancia de la calidad del aire interior (CAI) y sus efectos sobre la salud. Cuando la CAI no es óptima, puede empeorar las alergias y otros problemas respiratorios, provocando brotes y sensibilidades. Esto es cierto para cualquier tipo de edificio que sea frecuentado por personas, pero se hace especialmente necesario en el caso de los centros sanitarios, donde pueden acudir pacientes con una salud comprometida, donde el personal debe estar protegido de las infecciones y donde se pueden realizar operaciones delicadas.

En este artículo vamos a hablar de los retos particulares de los edificios de instalaciones sanitarias desde el punto de vista de la climatización, y de cómo cada elemento (temperatura, humedad, ventilación y filtración de aire) ayuda a mantener un entorno saludable.

 

Particularidades y retos de las instalaciones sanitarias

Todos los edificios públicos pueden tener sus propios retos y particularidades a la hora de diseñar sistemas de climatización. En los edificios sanitarios es aún más importante garantizar no sólo el confort, sino también la seguridad y la salud. Esto es lo que diferencia a las instalaciones sanitarias de otros edificios:

  • Los hospitales y las clínicas suelen tener espacios separados para diferentes funciones y, por lo tanto, también tienen diferentes requisitos de HVAC. Hay pabellones, salas de personal, salas de espera... Cada uno de ellos tiene normas individuales de temperatura, humedad y ventilación. Algunas zonas se consideran críticas, como los quirófanos, las salas de aislamiento y los laboratorios. Estas salas suelen necesitar un control más preciso de todos los elementos climáticos.
  • Cuando se trata de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado en espacios públicos, la atención se centra en el confort, pero en el caso de los hospitales y clínicas, lo que importa es la salud y la seguridad. Al tratarse de enfermedades e infecciones, hay que contenerlas y evitar que se propaguen a los pacientes inmunodeprimidos y a los visitantes y personal sanos. Uno de los elementos clave para garantizar la seguridad son las estrategias de ventilación e intercambio de aire, así como la eliminación eficaz del aire de salida.
  • Los centros sanitarios también pueden tener que lidiar con mayores concentraciones de compuestos orgánicos volátiles (COV) y humos químicos procedentes de los laboratorios y la manipulación de medicamentos y otros componentes del tratamiento. La presencia de estas partículas está relacionada con una baja IAQ, y resulta primordial gestionarla mediante la ventilación y la filtración del aire.

La Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE) tiene una de las listas más completas de referencias para las guías y aplicaciones de HVAC en diferentes edificios. En los últimos años, el diseño de HVAC para el sector sanitario se ha centrado en áreas para prevenir la propagación de infecciones transmitidas por el aire, como la mejora de las salas de aislamiento, la mejora de los requisitos de filtración de aire, las revisiones de los sistemas de extracción, etc. La ASHRAE ha elaborado un manual de diseño de directrices para expertos, específico para hospitales y clínicas, con las mejores prácticas en materia de temperatura, ventilación, filtración de aire, etc. A continuación, echamos un vistazo a algunas de sus recomendaciones.

 

Beneficios para el confort y la salud gracias al aire acondicionado

 

Temperatura

La temperatura está estrechamente relacionada con la salud, tanto física como mental. Como ya se ha mencionado, las condiciones climáticas extremas pueden ser perjudiciales para la salud de los pacientes y para su recuperación. Según la ASHRAE, el aire acondicionado puede acelerar la recuperación y puede considerarse un factor terapéutico. Por ejemplo, el calor se considera una amenaza para los ancianos, los niños y las personas con problemas de salud preexistentes; concretamente, los pacientes cardíacos y las personas con problemas de tiroides son más sensibles al calor y tienen dificultades para regularlo. Por otro lado, los pacientes que se someten a cirugía u operaciones pueden ser más susceptibles a la hipotermia. El aire acondicionado con un enfoque en el control de la temperatura es clave en estos casos, que son sólo algunos ejemplos de cómo los pacientes pueden beneficiarse del aire acondicionado.


Mantener una temperatura confortable permite un entorno más agradable, tanto para el personal como para los visitantes. En el caso del personal, la temperatura y la productividad están mucho más conectadas de lo que podemos pensar, un punto que hemos explorado previamente en nuestro artículo sobre el rendimiento laboral. El personal sanitario se enfrenta a diario a un elevado estrés y garantizar el confort térmico puede ayudar al rendimiento y a la toma de decisiones. Desde el punto de vista de los visitantes, garantizar que se sientan cómodos mientras están en el centro puede reducir los sentimientos negativos que pueden surgir al tener que visitar a un amigo o familiar enfermo.


La temperatura también puede afectar a la actividad de las bacterias y los virus, algunos pueden verse inhibidos por las bajas temperaturas, mientras que para otros ocurre lo contrario. Por último, otras consideraciones sobre la temperatura son el mantenimiento de los equipos y la conservación de los medicamentos y otros componentes del tratamiento, que suelen tener sus propios requisitos de temperatura; aunque, en general, suelen requerir temperaturas más frías (o necesitan salas de congelación específicas).


Humedad

Cuando se trata de la humedad relativa (HR) en las instalaciones sanitarias, resulta algo más difícil regularla que en otros edificios. La razón es que el mismo nivel de humedad puede tener efectos positivos en algunas personas y negativos en otras. La recomendación general de ASHRAE para la humedad interior es mantenerla por debajo del 60%, pero no excesivamente seca. Esta recomendación general no puede aplicarse a las instalaciones sanitarias, donde las habitaciones pueden necesitar una humedad relativa diferente según su función y el tipo de tratamiento que los pacientes puedan recibir en ellas. Algunos pacientes que están en tratamiento por problemas respiratorios se benefician de un clima cálido y húmedo para aliviar sus molestias; mientras que otros ven una mejora de sus síntomas cuando la HR está en el 30% (que se considera seca).


En relación con los equipos médicos, los medicamentos y el tratamiento, la baja humedad puede crear electricidad estática o aumentar el riesgo de incendio de los productos químicos inflamables.


Otro problema relacionado con la humedad es que el polvo y las partículas tienden a flotar y permanecer en el aire durante más tiempo en entornos secos, lo que dificulta la limpieza y el mantenimiento de las infecciones a raya si no se toman las medidas adecuadas. También cabe mencionar que algunas bacterias y virus prosperan y se propagan en entornos de alta humedad. Se ha observado que las infecciones aumentan en los hospitales cuando la HR es inferior al 40%. Esto nos lleva al siguiente punto, la ventilación, que es la forma de mantener a raya los gérmenes y contaminantes del aire.

 

Importancia de la temperatura y la ventilación en los hospitales

 

 

 

Ventilación

Incluso en otros ambientes interiores, la ventilación es uno de los elementos clave para garantizar un espacio saludable. En el caso de la ventilación de hospitales y clínicas sanitarias, es aún más crítica, ya que sirve para controlar las partículas en el aire y evitar que se propaguen las infecciones. Debido a estas mayores necesidades, los requisitos y la normativa sobre ventilación en la sanidad son más rigurosos que en otros edificios públicos. Hay diferentes formas en las que la ventilación ayuda a mejorar la calidad del aire. Una de las más comunes es a través de los intercambios de aire, mediante los cuales se trata el aire fresco del exterior y se introduce en el interior. La recomendación general de ASHRAE es garantizar 0,35 intercambios de aire por hora (ACH); pero como las instalaciones sanitarias tienen normas más estrictas, la recomendación para el sector oscila entre 2 y 12 ACH, siendo la tasa más alta la de las salas de aislamiento de infecciones aéreas (AIIR). A través de los intercambios de aire, la concentración de contaminantes del aire también se diluye.


Una forma menos conocida de ventilación es a través de la presión de aire positiva y negativa. Esta técnica se utiliza desde pequeñas clínicas hasta grandes hospitales, y consiste en cambiar la presión del aire para regular el paso de aire fresco a la sala. Las salas con presión positiva tienen una presión de aire más alta en su interior que en sus alrededores; de este modo, el aire sale fácilmente de la sala, pero el aire exterior no vuelve a entrar. Esto es útil para entornos estériles en los que hay que evitar la entrada de bacterias y virus. Estas salas suelen mantener a los pacientes inmunodeprimidos a salvo de las infecciones del exterior. Las salas de presión negativa funcionan de forma opuesta, ya que tienen una presión de aire más baja que otras salas y evitan que el aire se escape, mientras que dejan entrar aire fresco del exterior. Las salas de presión negativa suelen funcionar como AIIR, para tratar a los pacientes con enfermedades infecciosas y proteger al personal y a otros pacientes del contagio.


Un punto a tener en cuenta es que la ventilación natural suele evitarse en estas zonas controladas, sobre todo si se tiene en cuenta que las zonas con aire acondicionado tienen una menor concentración de microbios que las salas con ventilación natural (según un estudio que observó la propagación de la contaminación microbiana en los hospitales).


Filtración

La filtración del aire constituye una barrera contra las infecciones transmitidas por el aire, así como para reducir las partículas y el polvo en el aire que pueden agravar las afecciones respiratorias. La Sociedad Americana de Ingeniería Sanitaria (ASHE) ofrece directrices exhaustivas para la filtración del aire en áreas específicas. Los sistemas de filtración de partículas de alta eficacia (HEPA) se han convertido en uno de los estándares más conocidos para los filtros en los últimos años. Los filtros HEPA tienen una eficacia del 99,97% contra partículas de 0,3 micras de diámetro. Este tamaño de partículas plantea uno de los principales retos debido a su capacidad de evasión. 


Los grandes hospitales tienen que gestionar la prevención de la propagación de patógenos en el aire que pueden ser resistentes al tratamiento con antibióticos. La infección en los centros sanitarios es un problema bien conocido: la mayor presencia de patógenos contagiosos aumenta el riesgo de infecciones nosocomiales, que es el término utilizado para describir las infecciones adquiridas durante la hospitalización. Mediante la comprobación de los filtros y el uso de filtros adecuados para cada espacio, estos problemas pueden gestionarse eficazmente.

 

Aire acondicionado en las clínicas de salud

 

Aire acondicionado Hitachi para instalaciones sanitarias y hospitales

Cumplir con los altos estándares requeridos para mantener la salud y la seguridad dentro de las instalaciones sanitarias y los hospitales para el bienestar de los pacientes, el personal y los visitantes es vital. Con la gama de acondicionadores de aire VRF de Hitachi, existe una solución para todo tipo de edificios y requisitos de las instalaciones:

  • Los sistemas VRF permiten conectar varias unidades interiores (IDU) controladas individualmente a una unidad exterior (ODU), lo que permite abastecer a numerosas habitaciones al mismo tiempo.
  • Al estar controladas individualmente, la temperatura y los ajustes de modo pueden seleccionarse en función de las necesidades de confort de cada habitación.
  • Hay un tipo de UDI que se adapta a todas las salas, lo que significa que un sistema VRF puede acondicionar la zona de recepción, las salas de espera, las zonas de examen y las salas al mismo tiempo.
  • El sistema VRF de Hitachi ofrece una gran flexibilidad de diseño, lo que significa que es más fácil conseguir unos costes de instalación más bajos.
  • Y, gracias a las opciones de configuración disponibles, garantiza unos costes energéticos más bajos, especialmente con un uso de carga parcial.

Dentro de la gama VRF de Hitachi, existen sistemas que optimizan al máximo el espacio disponible, ya sea ubicando las ODUs más lejos de las IDUs sin impedir el rendimiento, o incluso colocando la ODU en el interior. Dentro de la gama se encuentra SideSmart VRF, el primer sistema VRF modular y delgado del mundo que resulta muy versátil a la hora de instalarlo. Independientemente del espacio disponible, el concepto modular de SideSmart VRF permite maximizar el rendimiento, por lo que es ideal para todo tipo de instalaciones y clínicas.

Como se ha mencionado anteriormente, la ventilación adecuada es un elemento integral en la asistencia sanitaria y, en función de las necesidades de un sistema, el DX-Kit para Hitachi VRF permite integrar unidades de tratamiento de aire (UTA) personalizadas en el sistema, ofreciendo una amplia gama de capacidad, adaptada a las necesidades de cada instalación y maximizando las posibilidades de un sistema de asistencia sanitaria.

Obtén más información sobre las diferentes aplicaciones a las que se adaptan las gamas de HVAC de Hitachi, aquí.

 

by Hitachi Cooling & Heating
19 Oct 2022