El sector vitivinícola se suma a la transformación digital

Cada vez más, compañías de todos los sectores de actividad se están subiendo al tren de la transformación digital, un ferrocarril con el que evitan quedarse en tierra de nadie y sin posibilidad de competir por su cuota de mercado con otras empresas que ya decidieron montarse antes.

el sector vitinícola se suma a la transformación digital

Y es que a pesar de que parece que todavía cuesta asociar la digitalización a los sectores más tradicionales, lo cierto es que el mundo digital es capaz de mejorar procesos y operaciones en cualquier empresa, independientemente de su actividad.

Buena muestra de ello es el sector vitivinícola, que ya ha emprendido el camino de la transformación digital sin mirar hacia atrás. Bodegas y el resto de empresas implicadas en la producción, comercialización y distribución del vino ya han comprobado cómo la tecnología es capaz de aumentar la eficiencia en las instalaciones o cómo se pueden aplicar los datos a la toma de decisiones, pero también cómo la innovación puede ayudar a conseguir un producto de mayor calidad. Por ejemplo, controlando la temperatura y la humedad en el proceso de elaboración con modernos equipos y enfriadoras.

 

Tecnología al servicio del vino

Datos, infraestructuras en la nube, información en tiempo real… El sector del vino no ha dudado en hacer uso de las tecnologías más avanzadas y de las disciplinas más punteras para mejorar sus prestaciones. Algunos ejemplos:

 

Big Data:

Mediante la recogida de datos en tiempo real de los viñedos y en el proceso de elaboración del vino (tamaño de la uva, temperatura, clima, estado del terreno), es posible obtener información con la que establecer patrones con los que asegurar la calidad máxima del producto y reducir las pérdidas por falta de conocimiento o previsión.

 

Drones:

La  utilización de estos dispositivos autotripulados posibilita acceder a información sobre el estado del viñedo o la maduración de la uva con el objetivo de escoger el momento adecuado para la vendimia, la identificación temprana de posibles cepas en mal estado o las necesidades de riego.

 

Imágenes infrarrojas y multiespectrales:

Posibilitan conocer el estado del viñedo y las hojas de la viña, información que permitirá determinar si es necesario aplazar o adelantar la vendimia.

 

Geolocalización:

Algunas bodegas cuentan con ingentes cantidades de terreno que explotar, analizar y por los que desplazarse. Aplicaciones de geolocalización como Google Maps (utilizable también sin conexión) les han ayudado a optimizar trayectos.

 

Inteligencia Artificial:

El pasado año se lanzó al mercado Cultiva Decisiones, una plataforma para facilitar la toma de decisiones en el sector. Mediante la teledetección, sensores y el estudio de la meteorología, combinado con la inteligencia artificial, permite optimizar decisiones para el control de plagas o la recolección.

 

Es por lo tanto, el vitivinícola, un sector que no por clásico ha dejado de lado la modernidad.

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